No me importaba el destino… solo me propuse viajar con mis hijos al menos una vez al año. Empecé el año anterior con Ellie, y tener un momento para nosotras, lejos de todo y de todos, fue una experiencia increíble. Esos días fueron solo para nosotras. Frente al mar, descubrí que -al igual que yo- Ellie disfruta mirar el océano sin hablar. Confirmé que es tan aventurera como mamá, que no le dice que no a nada. Caminábamos de la mano, nos abrazábamos a cada rato, sin celos, sin apuros, teníamos tiempo y, sobre todo, nos teníamos la una a la otra. Sin planes, sin horarios. Fue un reencuentro, y no porque no nos veamos nunca, sino porque el día a día y su velocidad nos quita el amor por las cosas sencillas, nos aleja de los detalles y convierte en algo genérico hasta a las conversaciones que una tiene con los hijos. Mientras paso mis días de reunión en reunión, ellos tienen sus propias obligaciones. A veces, apenas hablamos por teléfono durante el día. Otras, solo puedo cruzar dos palabras y un beso antes de dormir. Por eso, este año me quedará grabado en la mente y en el […]
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Siento un dolor profundo. Una especie de vacío en el alma… y no exagero. Es la sensación que he tenido esta semana, desde que terminó el paro en Ecuador y, sin darnos tiempo para entenderlo del todo, se desató la ola de violencia en Chile. He hablado antes de las cosas que me unen a Ecuador, a Chile y a Perú. Recuerdos, familia, un enorme sentimiento de pertenencia. Por eso me asusta que en dos de mis patrias se esté propagando un discurso cada vez más real: estamos divididos, fracturados… Se escribe desde el odio, desde la burbuja -en el mejor de los casos-. Hay palabras cargadas de displicencia, de clasismo, de regionalismo, de racismo. Hay desprecio por el universo del otro, por el contexto del otro. Hay ignorancia y hay miedo. “Que Pinochet vuelva”, escriben algunos, seguramente sin familiares desaparecidos, ni la conciencia suficiente de lo que significa vivir bajo una dictadura militar, con atentados permanentes a los derechos humanos. Sin interés por conocer un porqué de los reclamos. La protesta social es necesaria y respetable. No solo es un derecho de todos, sino que además es un termómetro del descontento, las injusticias, las necesidades de un pueblo. Puede […]
Apoyé y me sumé a la lucha de Andrea Fiallos el pasado fin de semana porque, pese a los últimos acontecimientos, sigo sosteniendo que una madre tiene derecho a ver a sus hijos y, sobre todo, los niños no tienen por qué ser impedidos de estar con su madre. Al igual que un padre tiene el mismo derecho de estar con ellos y compartir tiempo a su lado. Y no, no me arrepiento de haberlo hecho. Lo haría nuevamente si ocurriera una situación similar con otra mujer u hombre, lo cual lamentablemente no es una realidad extraña en el país ya que cientos de mujeres son privadas de ver a sus hijos por razones que nada tienen que ver con los niños. Lamento profundamente que en pleno siglo XXI un hombre necesite decirle a su ex “puta” y enumerar los nombres de sus parejas para hacerla quedar mal. Es una conducta lamentable, absolutamente abominable, de una persona a la que claramente no le interesan en lo absoluto sus hijos. Si tuviera un mínimo de empatía con ellos –y ojo que digo “empatía” y no “simpatía”- pensaría por lo menos en su pequeña hija, que algún día se convertirá en mujer […]
Hablar de la maternidad está de moda y, aunque no suelo seguirlas, voy a aprovechar el momento para contarles un poco sobre cómo han sido estos últimos diez años de mi vida en los que la he experimentado. No les mentiré: ha sido un camino a veces duro, en ocasiones triste, a ratos desesperante, con muchos momentos de felicidad pero también otros tantos de frustración. Como ya les he contado, decidí ser madre y para ello tuve que programarlo, tuve que acudir a diferentes métodos para lograrlo. Ambos embarazos fueron buscados. Experimenté cinco abortos de los que cuatro fueron espontáneos, mientras que en el quinto tomé la decisión de hacerlo porque mi vida corría peligro. No me arrepiento. Y sí, dolió y mucho como lo conté en mi último texto, fue una de las experiencias más dolorosas de mi vida. Es por eso mismo que no comprendo a los eruditos de las redes sociales cuando aseguran que si se llegara a despenalizar el aborto por violación las mujeres irán a abortar como si de un deporte o una salida con amigas se tratara, como si abortar fuera tan sencillo como pintarse las canas, como que nos gustara que invadan nuestro […]
estar a favor del aborto, es simplemente mirar un poco más allá de mi realidad. Es salir de la burbuja. Es dejar de pensar que eres el centro del universo. Es ponerse en los zapatos del otro. Es humanizarse, es respetar. Es nuestro derecho. Sí, así es. Nadie en su sano juicio puede estar a favor del aborto, mucho menos desearlo ¿o de verdad creen que sí? No he conocido ni sabido de al menos una mujer que haya ido a abortar feliz, y dudo mucho que llegue a pasar porque los que nos critican sin sentido no terminan de entender que no es precisamente el paseo soñado a Disney o un tour de ensueño a Europa. Mucho menos una experiencia para fotografiar y compartir. Y lo digo con conocimiento de causa. Sí, es momento de contarles algo: antes de que nazca Ellie tuve tres abortos espontáneos, y un cuarto en el que tuve que someterme a un legrado a los cinco meses de embarazo. Eran gemelos. Uno estaba ya sin vida y el otro a punto de morir. Duro, ¿no? Fue la peor y más fuerte experiencia de mi vida. Fue, también, la primera y única vez que necesité […]
38 años siendo felizmente imperfecta. 38 con dos niños que me alegran las mañanas, que me hacen sonreir como por arte de magia. 38 con un hombre que me acelera el corazón, que tiene la capacidad de caminar conmigo de la mano, sacar lo mejor de mi, reírse a carcajadas por cualquier pendejada y pararme en seco cuando me pongo tarada. 38 con una familia maravillosa, que me hace regresar a Lima siempre para recordarme que mi centro está allá. 38 años con pocos amigos pero únicos, tan bellos que no quiero mas. 38 profesionalmente realizada con ganas de hacer mucho más y sin dejar que nada ni nadie me lo impida. 38 años aprendiendo que los momentos cuentan, que la gente buena se queda y que los demás se van. 38 sabiendo más que nunca que no existe nada mejor que la sinceridad conmigo misma, la honestidad aunque incomode y la libertad aunque espante. 38 así… plena y libre.
No sé si esté bien llamarlo así pero en las últimas semanas padecí de una larga sequía creativa, de falta de inspiración. La verdad, creo que me asquee. Y lo digo con sinceridad. No estoy muy segura de cómo empezó pero cuando me di cuenta ya no sabía cómo ni qué escribirles, quizá porque sentía y siento mucho odio a mi alrededor, sobre todo en los social media. ¿Les ha pasado que se meten en sus redes sociales y sienten que lo que encuentran y leen les afecta directamente? Bueno, eso es exactamente lo que me está pasando. Leo tanta mierda que a ratos siento que me salpica. Estoy realmente harta de tanto odio, intolerancia, irrespeto, ofensas, insultos… Lo he escrito muchas veces pero quizá son muy pocos los que comprenden la esencia cuando lo digo. Y es que en este espacio no busco que estén de acuerdo conmigo, solo espero el mismo respeto que yo doy a los demás. Tengo amigas, familiares y mucha gente alrededor que piensa distinto a mí y sin embargo podemos conversar, discutir y seguir estando en desacuerdo porque eso no altera la vida de ninguno. Lo que no tolero es a aquellos oportunistas que […]
*Para Pame, Gaby, y todos los que lucharon por la igualdad y continúan haciéndolo… Nos han dicho de todo. Que rompemos los modelos tradicionales. Que vivimos en el libertinaje. Victimizaron a nuestros hijos y reclamaron con frases caducas que solo incitan al odio. Y, sin embargo, estoy convencida que desde ayer 12 de Junio Ecuador es un país mejor. Más igualitario y donde se respira más amor, y donde la justicia y los derechos han avanzado. Pueden decirme lo que quieran pero esa es mi opinión. Ayer mi corazón estaba feliz, sentía que toda la lucha de Pame, Gaby, Silvita y tantos otros más finalmente valió la pena. Llegué a mi casa, abracé a mis hijos y Ellie, que sabe como soy, me miró y me preguntó “¿mami, por qué estás tan feliz?”. “Porque hoy el país ha dado un paso importante, porque hoy se comenzó a respetar el derecho de todos los seres humanos y, lo más importante, ahora discriminamos menos. Porque desde ayer las personas pueden casarse con quien ellas quieran, y todos los que estaban vetados y excluidos simplemente por amar de una forma diferente a la ‘convencional’ ya no lo estarán nunca más”. Ella también se […]
Si para algo somos buenos los ecuatorianos es para subirnos a la camioneta. Todos toditos todos. Sin excepción. Nos acostumbramos a comenzar a hacer fuerza y alentar recién cuando el sueño está a punto de convertirse en realidad. Nos alegramos y enorgullecemos solo cuando nuestro representante está a punto de ganar. Exigimos apoyo a las instancias pertinentes cuando el proceso ya terminó, cuando ya se vendió el libro, cuando el actor fue reconocido internacionalmente, cuando la escritora es alabada por el NY Times, cuando el cantante gana el festival o cuando la miss se queda con la corona. No acompañamos procesos. Ni nosotros, ni el Estado, ni nadie. Y no, no soy amargada. Soy realista. Cuando gracias a su propio esfuerzo un ecuatoriano lleva el nombre del país a lo más alto, recién en ese instante nos acordamos –o nos enteramos- que existen. Es en ese preciso instante cuando, generalmente, empezamos a googlear. Son muy pocas las marcas privadas que creen en ellos, y el Gobierno… bueno, el Gobierno solo está atento a sus éxitos para pescar a río revuelto y usar de la mejor manera y para su beneficio la ocasión. La mayoría ya lo sabe, pero, por si […]
Es increíble todo lo que puede llegar a generar un tuit. Sorprende, especialmente, la extraña capacidad de tantísimos seres humanos para sentirse aludidos con frases lanzadas al viento como “gente de mierda”. No entiendo esa habilidad de las personas para apropiarse de lo que no le corresponde, no la comprendo. Me da lástima en serio leer como se rasgan las vestiduras con temas tan poco trascendentales y no le dan importancia a lo realmente importante. ¿Por qué no hablar de las cosas que están pasando hoy? De las injusticias, de los cobros excesivos de luz, de las niñas violadas obligadas a parir, de las mujeres que van presas por abortar, de la corrupción, de la impunidad, de los violadores, de la falta de seguridad en las cárceles… ¿Por qué no invertir mejor nuestro tiempo en realzar historias que valen mucho más la pena como, por ejemplo, la de Carmen, quien sin esperar nada a cambio alimenta a cada venezolano que se cruza con ella y que llega caminando desde Colombia con rumbo a Perú? Pero no, preferimos hablar de una simple y ajena publicación que no hace más que ponernos en evidencia como “gente de mierda”, porque hay que serlo […]
¿Cuántas veces se han levantado, mirado al espejo y preguntado qué tan buenas madres son? ¿Cuántas veces han llegado cansadas, sin ganas de absolutamente nada –ni siquiera de ver a sus hijos-, y luego de unos minutos comienzan a reprocharse ser malas madres? ¿Cuántas veces han llegado tarde y se han perdido ‘esos’ momentos? Yo lo he hecho miles de veces, créanme. Es mucho más común de lo que imaginan. Y a ratos me sigo preguntando qué tan buena madre soy. Sí, así soy. Así somos: muy autocríticas, muy perfeccionistas, nos sentimos mal por nada y culpables por todo. ¿Por qué? Porque así nos criaron, al menos a las de mi generación (1981), a quienes nos inculcaron que la meta es la perfección, y por partida doble con los hijos. Hoy les escribo, un día antes del tan celebrado ‘Día de la Madre’, para invitarlas a que se permitan ser ‘malas madres’ a ratos. Sí, si no ser una buena madre es darse tiempo para una misma, ¡háganlo!… Si ser mala madre es permitirse sentirse triste, cansada, molesta, frustrada y demás, permítanlo, díganlo, siéntanlo y enseñen a sus emociones a salir de la misma forma que a sus hijos el […]
Este martes, cuando nos despertamos, todos aquellos que amamos, valoramos, protegemos y trabajamos por la libertad nos ilusionábamos con el largamente esperado anhelo de volver a la cama por la noche con una Venezuela por fin libre. Pero una vez más se quedó en tan solo eso, en un sueño. Una esperanza que también vivo y siento muy cerca todos los días ya que en mi casa está Anael. Ella es una de los tres millones de venezolanos que huyó de su país, ya todos sabemos por qué. Cuando llegó a mi hogar ‘la nana’ de toda la vida se había ido para tener un embarazo tranquilo y todos estábamos apenadísimos, especialmente mis hijos. María era un miembro más de mi familia así que, además del pesar por su partida, no dejaba de preguntarme “¿y ahora qué carajos hago?” y, como soy una mujer que pide al universo lo que necesita, recibí como la mejor y más increíble respuesta a Anael, toda una profesional, profesora en su país, pero que acá solo quería trabajar. Llegó acompañada de su esposo, quien quería ver dónde iba a estar, qué iba a hacer y cómo iba a vivir. Él es también un profesional […]