Todos nos quedamos atónitos cuando nos enteramos de que el cáncer se había llevado a Paúl Martillo. Nos sorprendimos porque, aunque sabíamos que estaba luchando contra ese monstruo, su fortaleza y sus ganas de vivir nos daban la esperanza de que este periodista de 35 años le iba a ganar la batalla a la enfermedad.
En el tiempo que estuve en Ecuavisa conocí a Paúl. No diré que éramos grandes amigos, pero nos respetábamos y evidentemente teníamos muchos conocidos en común. Su esposa Merlyn me llamó la atención desde que llegué al canal, no solo porque es una mujer ejemplar, de lucha y superación sino tremendamente profesional, con una historia de vida que seguramente muchos no saben, pero a los que tenemos la suerte de conocerla nos inspira.
Recuerdo que una amiga en común me contó la historia de Merlyn. De cómo había entrado en la TV, de todo lo que hacía para poder llegar a tiempo al noticiero cuando trabajaba en Televistazo Amanecer, de los sacrificios que hacía por sus hermanos. Yo no la conocía pero la miraba de lejos, veía sus reportajes y su audacia para desarrollar las noticias. Ella se mete en todos los lugares que sean necesarios para tener las mejores tomas, es una periodista sin poses, eso la diferencia de muchas allá en el cerro. Siempre me llamo la atención por eso, por su voz franca y directa… por eso, cuando nos conocimos un poco más, hicimos clic. La oficina de En Contacto estaba frente a los camerinos y cuando me tocaba grabar Panorama Internacional coincidíamos. Su primer embarazo lo viví con ella, hasta intercambiamos números de fotógrafos para la primera sesión…
No somos muy amigas, pero ella sabe que puede contar conmigo así como yo sé que puedo contar con ella. No llenamos las redes con fotos de ambas, pero no es necesario hacerlo para demostrar el aprecio.
Por eso hoy, luego de estos días en los que con tristeza esperábamos la llegada de Merlyn, yo solo podía pensar en ella. Sintiendo quizás lo que muchas hemos sentido estos días al ver las noticias… preguntándonos “¿cómo puede?”, aunque luego dé vuelta a la página, porque así somos las mujeres: nos sacudimos, nos ponemos las penas en la espalda y salimos adelante, aunque todo parezca ir en contra.
Merlyn es una mujer que inspira. Este texto está dedicado a ti, porque en estos días cuyas noches están llenas de lágrimas y recuerdos quiero que sepas que hay mujeres que pensamos en ti aunque tú no sepas que lo hacemos.
Admiro tu valentía y la forma en la que has llevado esta lucha junto a Paúl, con dos bebés hermosos y la firmeza que has demostrado para sacar todo adelante. Es muy fácil hablar, es fácil escribir, pero no sé si todas tengamos los ovarios y las fuerzas que tú tienes. Sé del inmenso amor que sientes por Paúl y sé que es eterno. Por eso, por ese amor, es que admiro tu valentía.
Las mujeres como tú son guerreras incansables, son mujeres que se transforman y que logran convertir la pena en motivo de lucha. Mujeres como tú son las que faltan, mujeres desprendidas, mujeres amorosas, mujeres de amor incondicional. Gracias, porque aunque no lo sepas, eres un ejemplo para muchas. Gracias, porque a pesar de estos momentos oscuros para ti, seguramente has sido luz para otras mujeres.