[est_time] En este mes, quizás más que en ningún otro, hay cientos de mujeres castigándose mentalmente por haber fallado en esta especie de examen en el que se ha convertido la maternidad.
- Inicio
- familia
Detrás de toda la indignación que podemos sentir por lo que pasa en Siria, aún hay personas que encuentran el valor para actuar y abrir sus brazos, su corazón y su casa a los refugiados.
Tenemos tantos medios para expresarnos y tan pocos para escucharnos que somos expertos en monólogos y ya no podemos conversar.
Fue un año de muchas pruebas. Hubo momentos en que quise mandarlo todo por la borda, pero también descubrí qué es lo que me mantiene firme y andando.
Que esta tragedia sirva para removernos el corazón. Mientras buscamos acumular cosas desechables podemos perder en un segundo lo realmente importante.
Para mí es inaceptable que haya mujeres que usen el género para asumir un papel de vulnerabilidad.
En nuestro modelo del éxito moderno -ser ricos, bellos y amados- no cabe el divorcio, así que esto se entiende como una catástrofe.
La felicidad no es un estado continuo, sino una colección de momentos.
Crecí viendo el ejemplo de amigas cómplices, de confianza, desinterés, de casa y corazones abiertos.
Que nadie se engañe: la televisión es un negocio que debe ajustarse a las demandas del público para sobrevivir.
Cuestionamos con dureza el hecho de que una profesora sea muy estricta, cuando muchos tuvimos profesores durísimos y aquí estamos.
He sido testigo de cómo las religiones, cualquiera de ellas, no aman a todos por igual, sino a unos más que a otros. Es amor con condiciones. Es discriminación. ¿Pero quién soy yo para vetar una religión para mi hija?