¿Existe la envidia en los canales de televisión? Sí, claro que sí, es el pan de todos los días… ¿Domina el ego a las personas que trabajan frente y detrás de las cámaras de televisión? Sí, por supuesto, es una enconada pelea que se batalla a diario… ¿Se puede encontrar amigos de verdad en el mundo de la televisión? Hmmm… es muy difícil, casi imposible de encontrar amigos de verdad… ¿Tiene cabida la generosidad en un estudio de grabación? ¡Sí!, y en este caso en particular, la vi siempre… Es por eso que este escrito es para Víctor Arauz y Alex Vizuete.
En la última entrega de los Premios ITV Víctor quiso ser quien le entregue el premio a Alex como ´Personaje Destacado del Año’. No me lo contaron, lo sé y lo sé porque conozco del inmenso amor que siente el uno por el otro. Y de eso trata este escrito, de la amistad en un lugar donde pocas, muy pocas veces es real. Tener buenos amigos en la vida ya es suficientemente complicado pero lo es mucho más en un medio donde todos los días la gente se mata por destacar, por ser el mejor, por parecerlo, o por simplemente sentirse mejor que los demás. Nuestra televisión está llena de personas que te sonríen alegremente de frente y te insultan rabiosamente por la espalda. Así es este mundo que me apasiona y me ha dado satisfacciones pero que también me ha enseñado a ser cuidadosa, dura y realista.
Afortunadamente, Víctor y Alex son la excepción a esta regla. Y me detengo en Víctor porque él es real. Sí, es de esas personas que cuando no le gusta algo lo dice, que cuando no está de acuerdo no lo hace y que cuando quiere se entrega de corazón. Es anti social, sí, y a veces también llega a ser antipático. Pero también es generoso, sencillo, y eso lo hace un ser enorme. Es –para mí- el mejor actor de este país porque además de poseer una versatilidad en el escenario que muy pocos tienen, él hace que su compañero/a brille, se luzca, destaque y crezca. Cuando cree en alguien, pelea para que ese alguien sea visto, y cuando sabe que un ser humano tiene talento lo grita. No es envidioso. Si fuera por él, quisiera tener siempre a los mejores a su lado porque es de los pocos que entiende que eso lo hace aún más grande. Víctor hizo todo eso con Alex, lo formó, lo empujó, nunca le quitó las ganas de crecer. Y cuando Alex brilló él fue el más feliz. Yo lo viví y lo vivo a diario.
Por eso, cuando le dio el más que merecido reconocimiento, vimos aquella esencia de un Víctor que casi nunca la muestra. De hecho, la esconde porque no quiere parecer débil así que somos muy pocos los que tenemos el privilegio de saber y conocer la calidad de ser humano que es. Cuando se le quebró la voz todos los que estábamos ahí con él sabíamos que era real. Y ese abrazo también fue real, fue un abrazo de hermandad.
Alex también lo sabe, y sabe que ha tenido un gran maestro porque lo más valioso que le ha dado es la generosidad. Esa palabra que resulta extraña en este mundo y que cuando se la encuentra hay que valorarla y destacarla. Y es por ello que me siento afortunada, no solo por tener la oportunidad de encontrarme con extraordinarias personas y profesionales como ellos, sino además porque me permiten crecer a su lado. Ojalá que su ejemplo se replique muchas veces más en los diferentes estudios y escenarios del país, es así como todos seremos mejores.
¡Gracias Víctor, Gracias Alex!